Son tratamientos para el cáncer cuyos resultados no se conocen por no haber sido sometidos a ensayos clínicos.

Habitualmente se comercializan como suplementos dietéticos, reconstituyentes, inmunoestimulantes, antioxidantes o citoprotectores.

 

Toxina de alacrán azul:

Es un extracto de veneno de alacrán (escorpión) oriundo de Cuba, característicamente de color azulado en el aguijón y en la cola, con nombre científico Rophalurus Juncus, cuya toxina  se viene empleando en Cuba desde hace más de 20 años para el tratamiento del cáncer y otras enfermedades. Actualmente una de sus formas de comercialización es bajo el nombre de Vidatox (Escozul en otros tiempos) de laboratorios Labiofam.

Se le atribuyen efectos estimulantes del sistema inmune, analgésico, antinflamatorio y por ende anticancerosos.

Del veneno del alacrán azul no se ha aislado principio activo o molécula especifica con los efectos mencionados. Solo se sabe que es una mezcla de proteínas o péptidos que segrega el animal.

Hasta el momento no existen ensayos clínicos ni publicaciones científicas que avalen su uso en el manejo estándar de los tumores. Solo se cuenta con testimonios de pacientes así como al información oficial de las paginas web del laboratorio que lo produce. Su uso no esta asociado a efectos tóxicos o reacciones secundarias graves por lo cual se considera un producto seguro e inocuo.

Como todo tratamiento alternativo su uso es responsabilidad de quien lo receta y quien lo consume

 

 

Extracto de Guanabana:

La annona muricata o árbol de la guanabana es una planta cuyo fruto se ha utilizado ancestralmente como alimento y recientemente se ha recomendado el empleo de los componentes de la planta (hojas corteza y raíces) como tratamiento preventivo para el cáncer debido a su alto contenido de vitaminas C y E asi como selenio y zinc lo cual le confiere actividad citoprotectora y  antioxidante.

Se comercializa como suplemento dietético bajo el nombre de Graviola en capsulas o extracto.

Se le atribuyen efectos antineoplásicos basados en estudios preclínicos en laboratorios y en animales donde se habla que las acetogeninas anonáceas (sustancias contenidas en la planta) inhiben el crecimiento de las células cancerosas.

Al igual que con el veneno del alacrán azul, tampoco  existen ensayos clínicos ni publicaciones científicas que avalen el  uso de la guanábana en el manejo estándar de los tumores. Solo se cuenta con testimonios de pacientes así como la información oficial de las páginas web del productor. De igual manera su uso no está asociado a  efectos tóxicos o reacciones secundarias graves por lo cual se considera un producto seguro e inocuo.

Como todo tratamiento alternativo su uso es responsabilidad de quien lo receta y quien lo consume.