Oncología

Localizaciones frecuentes

El cáncer más frecuente del mundo es el de la piel, llamado epitelioma. Por su localización visible y su crecimiento lento con poco poder de invasión casi siempre es detectable precozmente y curable. Sólo en pacientes muy negligentes este cáncer puede irse fuera de control. También el uso de remedios ineficaces y cirugías incompletas pueden llevar a resultados catastróficos.

Después del cáncer de piel el más frecuente en México es el cáncer de mama en la mujer y el cáncer de próstata en el hombre.

Algunas localizaciones de tumores:

Cáncer Colorectal

Es muy frecuente en México y en todo el mundo. Sus principales factores de riesgo son una dieta rica en proteínas y grasas y pobre en fibra vegetal, el estreñimiento y el sobrepeso. También puede ser de causa hereditaria. Los síntomas más frecuentes son el sangrado rectal, los cambios en el hábito intestinal, dolores abdominales y cólicos, anemia inexplicable y pérdida de peso. A veces debuta por un cuadro de urgencia como obstrucción intestinal, aunque la mayoría de estos pacientes llevan mucho tiempo con síntomas sin ir al médico. El diagnóstico se confirma con la colonoscopia y la biopsia. La etapa clínica se determina mediante la tomografía toracoabdominal y el estudio de la pieza quirúrgica después de la cirugía.

El tratamiento consiste solamente en cirugía cuando el cáncer es detectado en una etapa temprana, cuando está en etapa avanzada se complementa la cirugía con quimioterapia. Cuando la lesión está en el recto se puede iniciar el tratamiento con radiaciones y quimioterapia para conservar el esfínter anal.

El cáncer colorectal se puede evitar con una alimentación rica en fibra vegetal (frutas, vegetales y verduras), con buena hidratación, con la limitación del consumo de grasas de origen animal y de proteínas. También es necesario evitar la obesidad, el alcoholismo y el sedentarismo. El cáncer colorectal se puede detectar precozmente con el estudio llamado colonoscopia, con el que se explora todo el colon desde el ano hasta el apéndice en busca de lesiones precancerosas llamadas pólipos, los que se pueden retirar para evitar su crecimiento y transformación en cáncer.

Cáncer de Esófago

El cáncer del esófago no es frecuente en México. Sus causas fundamentales son el alcoholismo, el tabaquismo y el reflujo gastroesofágico. Los síntomas más frecuentes son la dificultad para tragar, el dolor en el pecho y la pérdida de peso. El diagnóstico se realiza mediante endoscopia y biopsia. La etapa clínica se determina con la tomografía toracoabdominal. El tratamiento en sus etapas iniciales es la cirugía y cuando se detecta en estado avanzado solamente se realiza gastrostomía para garantizar la alimentación del paciente y tratamiento paliativo con radiaciones y quimioterapia.

El cáncer de esófago se puede evitar al suprimir el hábito de fumar y el alcoholismo y con el tratamiento adecuado del reflujo gastroesofágico, con medicamentos o cirugía. En los pacientes con alto riesgo o con síntomas persistentes se debe realizar una esofagoscopia, la cual puede detectar lesiones premalignas como el Esófago de Barret, que es una úlcera producida en el esófago por el reflujo de ácido del estómago.

Cáncer de Estómago

El cáncer gástrico es frecuente en México, sus factores de riesgo son la gastritis crónica de causa irritativa o la infección con Helicobacter pilori, el alcoholismo, el tabaquismo y el consumo de alimentos ahumados. Los síntomas más frecuentes son el dolor en el estómago, las náuseas, el vómito y la pérdida de peso. El diagnóstico se realiza por endoscopia y biopsia. La etapa clínica se determina con la tomografía toracoabdominal.

El tratamiento adecuado es la cirugía (gastrectomía) seguida de quimioterapia cuando el tumor está localizado en el estómago y cuando está en etapa avanzada se recomienda la quimioterapia solamente; previamente se debe garantizar que el paciente se alimente de forma correcta. El cáncer gástrico se puede prevenir con el tratamiento adecuado de las gastritis, con dieta y medicamentos, sobre todo si existe infección por Helicobacter pilori. También es necesario evitar el alcoholismo y el hábito de fumar y realizar una gastroscopia a las personas con síntomas persistentes o de larga evolución.

Cáncer de Hígado

El cáncer de hígado es poco frecuente en México. Lo origina la cirrosis hepática por hepatitis B y C, así como la cirrosis de causa alcohólica. Sus síntomas principales son la pérdida de peso, el dolor y el íctero (coloración amarilla de las mucosas y de la piel). El diagnóstico se realiza con una biopsia hepática generalmente dirigida por ultrasonido o tomografía. También es necesario realizar pruebas para el diagnóstico de la hepatitis B y C y para detectar en sangre el marcador “alfafetoproteína”. La etapa clínica se determina con la tomografía toracoabdominal, el marcador en sangre y las pruebas de la función hepática y de la coagulación.

El tratamiento en las etapas iniciales del cáncer es la cirugía y en la etapas tardías la quimioterapia. El Sorafinib (nexavar) es el único medicamento que hasta el momento actúa contra este tipo de cáncer. El cáncer hepático se puede evitar con la vacunación para prevenir la hepatitis B y C, con el uso de transfusiones de sangre sólo cuando sea necesario y evitando el alcoholismo.

Cáncer de Laringe

El cáncer de laringe es raro en México. Su causa fundamental es el tabaquismo, el alcoholismo, el reflujo gastroesofágico y la infección con el virus del papiloma. Los síntomas más frecuentes son la ronquera, la molestia al tragar, la falta de aire y el dolor de oído. El diagnóstico se realiza por endoscopia y biopsia. La etapa clínica se determina con la tomografía de cuello y la endoscopia.

El tratamiento de los tumores en etapa inicial es la radioterapia o la resección endoscópica con laser y cuando la etapa es avanzada se utiliza quimioterapia junto con las radiaciones o la cirugía radical. Con la cirugía radical el paciente pierde la voz y requiere de traqueotomía permanente. El cáncer de laringe se puede evitar con la eliminación del hábito de fumar y del alcoholismo. También se debe tratar adecuadamente el reflujo gastroesofágico.

Cáncer de la Lengua

El cáncer de la lengua no es frecuente en México. Su causa fundamental es el tabaquismo, el alcoholismo y la infección por el virus del papiloma. Los síntomas principales son la molestia y ardor en la lengua y el dolor de oído. El diagnóstico se realiza mediante la biopsia por sacabocado bajo anestesia tópica. La etapa clínica se determina con el examen clínico de la boca y del cuello y en algunos casos con la tomografía del cuello.

El tratamiento de los casos en etapa inicial es la cirugía seguida o no de radioterapia y de los casos en etapa avanzada la quimioterapia asociada a radioterapia y tratamiento biológico. La cirugía en casos avanzados es mutilante y se deja como última opción. Este tumor se puede evitar o detectar precozmente con la visita periódica al odontólogo o al cirujano maxilofacial, que pueden detectar lesiones precancerosas como manchas blancas o rojas en la boca. También se debe suprimir el hábito de fumar y el alcoholismo.

Cáncer de mama

El cáncer de mama es el más frecuente en México. Su causa fundamental no se conoce aunque hay factores de riesgo como los antecedentes familiares, el antecedente de tumores benignos o lesiones proliferativas como las hiperplasias, mamas densas en la mastografía mas allá de los 40 años, tratamiento hormonal de reemplazo por la menopausia prolongada. Generalmente NO da síntomas y las mujeres acuden al médico al notar el crecimiento de un nódulo o bulto no doloroso en la mama, a veces son referidas al especialista por el hallazgo de una lesión sospechosa en la mastografía o en el ultrasonido. Cuando el cáncer de mama da síntomas es porque está en una etapa avanzada y los síntomas se deben a las metástasis.

El diagnóstico deberá realizarse única y exclusivamente por biopsia con aguja gruesa o “trucut” (aguja de corte). Está totalmente contraindicado quitar el nódulo de mama con cirugía para llegar al diagnóstico. La citología con aguja fina no es totalmente confiable sobre todo cuando es negativa de cáncer. Todo paciente debe entrar al quirófano con un diagnóstico previo de biopsia con aguja gruesa o trucut. En casos raros, múltiples biopsias no arrojan resultados, si existe sospecha clínica de cáncer se deberá entonces extirpar el nódulo y hacer un estudio transoperatorio del tumor para decidir en el quirófano si se realiza la cirugía radical o no. La muestra de biopsia por aguja gruesa nos permite hacer estudios especiales del tumor (receptores hormonales y Her2) para determinar qué medicamentos pudieran actúar según el tipo de cáncer. Esto es fundamental para el diseño del tratamiento médico que se aplicará antes o después de la cirugía. La etapa clínica del cáncer de mama se determina con mastografía, radiografía del tórax, ultrasonido hepático y radiografías de todos los huesos. En casos seleccionados se puede indicar un ganmagrama óseo o un PET Scan.

El tratamiento es solo cirugía si el tumor está en etapa inicial, sin embargo si está más avanzado es necesario aplicar quimioterapias, radiaciones y tratamiento hormonal o biológico. Estos tratamientos reducen significativamente el riesgo de recaída del cáncer. El cáncer de mama se puede prevenir en casos familiares hereditarios con la cirugía profiláctica en la que se retiran las mamas y se sustituyen por prótesis. Este procedimiento sólo se acepta cuando se ha comprobado la presencia de la mutación cancerígena en la familia y en el paciente. El diagnóstico temprano se logra gracias a la mastografía, el ultrasonido, la exploración mamaria realizada por un médico experimentado y el autoexamen mamario.

Cáncer de Ovario

El cáncer de ovario es frecuente en México. Su causa fundamental no se conoce aunque se atribuye a factores hereditarios y al uso de talco. Los síntomas fundamentales son el aumento del volumen del abdomen con molestias y sensación de plenitud, molestias para orinar y para defecar o aparición de una hernia. El diagnóstico se realiza por ultrasonido pélvico o tomografía abdominopélvica. El marcador Ca125 en sangre puede ser también orientador. La etapa clínica se determina en una operación quirúrgica en la que el cirujano, además de retirar la matriz y los ovarios, explora todo el abdomen y toma múltiples muestras para biopsia, para de esta forma determina la extensión de la enfermedad.

Sólo cuando el cáncer de ovario es muy precoz no se realiza quimioterapia. Por desgracia la gran mayoría de las pacientes acuden en etapas avanzadas de la enfermedad, por lo que necesitan de quimioterapia para lograr la curación o prolongar su supervivencia. El cáncer de ovario no es prevenible pero se puede detectar tempranamente mediante ultrasonido pélvico o transvaginal, realizado como chequeo anual sobre todo a pacientes en riesgo (mujeres mayores de 50 años).

Cáncer de Pancreas

El cáncer de páncreas es relativamente frecuente en México. Su causa se atribuye al alcoholismo, tabaquismo, obesidad e inflamación crónica del páncreas. Los síntomas más frecuentes son el dolor, la pérdida de peso y el íctero (coloración amarilla de la piel y las mucosas). El diagnóstico se realiza mediante tomografía abdominal y colangiopancreatografía retrógada con biopsia (llamada CEPRE), lo que permite tomar muestras para biopsia. El páncreas es un órgano profundo poco accesible, por lo que a veces se dificulta la toma de la muestra y en ocasiones hay que hacer el diagnóstico durante la cirugía. En tumores limitados al páncreas la operación es la mejor elección (operación de Whipple) seguida de quimioterapia para prevenir o evitar las recaídas. En algunos casos se puede utilizar la radioterapia.

Cáncer de Piel

El cáncer de piel es el más frecuente en el mundo entero. La causa fundamental es la exposición prolongada al sol. También hay casos hereditarios. Los síntomas son raros, sólo aparecen lesiones de crecimiento generalmente muy lento, que no cicatrizan, en la piel de áreas expuestas como la cara, cuello y antebrazos. La nariz, mejillas, labios y frente son las áreas más comprometidas. El diagnóstico se hace con el simple examen visual de la lesión, el que generalmente se confirma después de la extirpación con el estudio de la pieza. Cuando una lesión es muy grande y su extirpación implica una secuela estética importante se deberá tomar una biopsia previa. Casi el 100% de los tumores curan con una cirugía con márgenes libres de tumor. En lesiones muy superficiales puede emplearse cremas como el Efudix o el Aldara. Sólo en pacientes muy negligentes el cáncer de piel se sale fuera de control. El cáncer de piel puede evitarse protegiéndose de la luz del sol, sobre todo en horarios donde incide fuertemente entre las 11 de la mañana y la 4 de la tarde, y utilizar bloqueadores solares desde edades tempranas de la vida. Cuando aparecen lesiones premalignas como las queratosis deben tratarse oportunamente.

Cáncer de Próstata

El cáncer de próstata es frecuente en México y en todo el mundo. Sus causas no se conocen pero se han identificado algunos factores de riesgo como los hereditarios, el consumo de hormonas asociado al fisicoculturismo, la cirrosis hepática y las infecciones crónicas, entre otras. El primer síntoma es un incremento en el número de veces que el paciente se levanta durante la noche para orinar. Más de 3 veces ya es una sospecha alta. Otros síntomas pueden ser los dolores lumbares y la presencia de sangre en la orina o la obstrucción urinaria.

El diagnóstico se logra con el estudio del antígeno prostático en la sangre (PSA) y la biopsia de próstata. La extensión de la enfermedad se determina con la tomografía abdominopélvica y radiografías de los huesos. El tratamiento depende de la edad y de la esperanza de vida del paciente. La cirugía radical es la opción más razonable en los tumores en la etapa inicial en los hombres con una esperanza de vida de más de 10 años. El bloqueo hormonal con medicamentos orales (flutamida, bicalutamida, nilutamida) solos o combinados con inyecciones (goserelina, leuprorrelina) es la opción más conveniente en pacientes con tumores en etapa avanzada. También la cirugía puede mejorar en estos casos los síntomas urinarios mediante la resección transuretral . La quimioterapia se reserva para pacientes con buen estado general que han fracasado con los otros tratamientos. La radioterapia es una opción factible en casos seleccionados, ya sea sobre la próstata o sobre las metastasis en los huesos. El cáncer de próstata se puede detectar a tiempo con el estudio del antígeno prostático en sangre que debe realizarse anualmente desde los 50 años y la consulta con el especialista ante cualquier alteración.

Cáncer de Pulmón

El cáncer de pulmón es relativamente frecuente en México, sus causas más frecuentes son el hábito de fumar y la exposición al asbesto (polvo de la construcción??). Los síntomas más frecuentes son la tos, la pérdida de peso y la expectoración con sangre. Los casos en etapas avanzadas presentan falta de aire y dolor en el tórax. Es más frecuente en el hombre aunque su incidencia en la mujer se ha incrementado con el transcurso de los años.

El diagnóstico se realiza mediante la radiografía o la tomografía del tórax y la biopsia, la que puede tomarse por medio de una broncoscopia si el tumor se localiza cercano a los bronquios, o de una tomografía si el tumor se localiza cercano a la pared del tórax. La extensión del cáncer se determina con la tomografía de cráneo, tórax y abdomen y eventualmente el estudio PET. El tratamiento en casos tempranos es la cirugía para retirar todo o parte del pulmón. En los casos en etapa avanzada el tratamiento de elección es la quimioterapia asociada o no con la radioterapia.

El cáncer de pulmón se puede prevenir con la eliminación del hábito de fumar o de la convivencia con fumadores. Se puede detectar precozmente con una tomografía de tórax a los pacientes en riesgo (fumadores durante largo tiempo mayores de 40 años). Los trabajadores de la construcción deberán usar protección adecuada para evitar la inhalación crónica del polvo.

Cáncer de riñón

El cáncer de riñón no es frecuente en México aunque su incidencia está en aumento. Sus causas pueden ser hereditarias o estar relacionadas con el hábito de fumar; también las malformaciones del riñón y la insuficiencia renal se han asociado al cáncer renal. Los síntomas más frecuentes son: sangre en la orina, dolor lumbar, dolores óseos y pérdida de peso.

El diagnóstico se logra con tomografía abdominal, estudio de células en la orina y biopsia guiada por ultrasonido o tomografía. La extensión de la enfermedad se determina con la tomografía del tórax y del abdomen, radiografías o ganmagrafía ósea y en algunos casos con PET scan.

El tratamiento es la extirpación del riñón enfermo siempre que el otro riñón funcione adecuadamente. Cuando existen metástasis en órganos distantes como huesos o pulmones se indica la quimioterapia. Las radiaciones y el ácido zoledrónico pueden mejorar los dolores en los huesos.

Cáncer de Testículo

Es relativamente frecuente en hombres jóvenes en México. Su causa es desconocida aunque se asocia al descenso tardío del testículo a la bolsa escrotal (cliptorquidia??). Se caracteriza por el crecimiento no doloroso y progresivo del volumen del testículo. El diagnóstico se apoya en el ultrasonido para definir si la masa es sólida o se trata de un quiste o una hernia, y en los marcadores tumorales en sangre (DHL, HCG, AFP). La extensión de la enfermedad se determina por la tomografía toracoabdominal y en casos seleccionados por la resonancia magnética y el PET scan.

El tratamiento de elección es la extirpación del testículo (orquiectomía). En los casos en las etapas iniciales no se realizan otros procedimientos. Cuando el tumor es grande o se ha extendido fuera del testículo se indica la quimioterapia, que en estos casos es capaz de curar incluso las metástasis.

Cáncer de Tiróides

Es el cáncer de cabeza y cuello más frecuente en México. Sus causas no están definidas aunque se ha visto asociado a radiaciones, tiroiditis, bocio y en algunos casos es hereditario. Se caracteriza por aumento del volumen del cuello justo por encima del esternón. A veces se inicia por crecimiento de los ganglios situados a los lados del cuello. Cuando está en etapas avanzadas provoca ronquera, dificultad para tragar y falta de aire.

Todos los estudios que se realizan cuando hay un tumor en el tiroides son para determinar si se trata de un cáncer y para evaluar la función de la glándula. La citología por aspiración con aguja fina y el perfil tiroideo son los estudios de base. La gammagrafía de tiroides está en desuso como procedimiento diagnóstico y sólo se indica durante el seguimiento de los casos operados. La extensión de la enfermedad se determina por tomografía de cuello y tórax y en algunos casos PET scan.

El tratamiento fundamental es la cirugía, en la mayoría de los casos se extirpa toda la glándula (tiroidectomía total), incluidos o no los ganglios si están afectados (linfadenectomía). Después de la cirugía, en muchos casos, se realiza tratamiento con iodo radioactivo, o radiaciones. A los pacientes que se les realiza la extirpación total de la tiroides se les indica tratamiento hormonal sustitutivo con levotiroxina y en algunos casos requieren además calcio y vitamina D.

Cáncer de Utero

El cáncer del cuerpo uterino (endometrio) es raro en México. Su causa es el exceso de estrógenos producido por la obesidad, insuficiencia hepática, o por el uso de hormonas por muchos años. El primer síntoma es el sangrado vaginal en una mujer de más de 60 años. Cuando está en etapas avanzadas puede provocar dolor y distensión abdominal.

El diagnóstico se realiza por legrado uterino o biopsia endometrial; por lo tanto, a toda mujer postmenopáusica con sangrado vaginal se le debe realizar un legrado diagnóstico si el origen del sangrado se identifica en la matriz. La extensión del tumor se determina por tomografía abdominopélvica y radiografía del tórax. La exploración quirúrgica ofrece más detalles de la extensión del tumor. El tratamiento es la cirugía cuando el tumor es extirpable, seguida de radioterapia en casos de riesgo de recaída (invasión de la musculatura uterina). La quimioterapia se indica también en casos seleccionados o inoperables.

Cáncer de cuello de útero (o cáncer del cervix)

El cáncer cervicouterino es muy frecuente en México. Su causa fundamental es la infección persistente por muchos años con el virus del papiloma humano (HPV) de alto riesgo (serotipos 16, 18, 31, 33 entre otros). Las infecciones se adquieren generalmente con las relaciones sexuales y los factores de riesgo son la promiscuidad, el inicio precoz de las relaciones sexuales y el tabaquismo. Los síntomas principales son la infección vaginal persistente y el sangrado espontáneo o durante las relaciones sexuales. El diagnóstico inicial se hace por el Papanicolau y la colposcopia con biopsia del cuello; en ocasiones se requiere legrado endocervical. La extensión del cáncer se determina con la tomografía abdominopélvica, y en algunos casos con la cistoscopia y la rectoscopia.

El tratamiento de los casos precoces es la extirpación de la matriz (histerectomía, en casos seleccionados se realiza además la extirpación de los ganglios (linfadenectomia pélvica). En los casos en etapas más avanzadas se emplea la radioterapia, que tiene buenos índices de curación. La quimioterapia se puede emplear para mejorar los resultados de las radiaciones en los tumores grandes. El cáncer cervicouterino puede evitarse con la prueba de Papanicolau realizada anualmente y con el tratamiento adecuado de las lesiones producidas por el virus del papiloma humano.

Cáncer de Vejiga

El cáncer de vejiga no es frecuente en México. Se presenta con mayor frecuencia en el hombre. Sus causas se atribuyen al tabaquismo, a infecciones por parásitos y a las sustancias químicas industriales. Los síntomas principales son la orina con sangre (hematuria), aumento de la frecuencia urinaria y el dolor.

El diagnóstico se realiza con la cistoscopia, que es una prueba especial donde se visualiza la vejiga con una cámara y se toman muestras para biopsia del tumor. Otra prueba diagnóstica es la citología en la orina, pero siempre se realiza la cistoscopia para determinar la extensión del tumor dentro de la vejiga y realizar el tratamiento quirúrgico. Otras pruebas, como la tomografía toracoabdominal contrastada, permiten evaluar la extensión fuera de la vejiga.

El tratamiento de los casos en etapas iniciales es la resección transuretral vesical, en la que el tumor se retira mediante cistoscopia y se le realiza biopsia a los fragmentos para conocer la invasión del cáncer en profundidad. Después de este procedimiento se puede realizar quimioterapia intravesical para evitar las recaídas. La quimioterapia intravesical consiste en la aplicación a través de una sonda vesical del medicamento que debe ser retenido en la vejiga por una hora y posteriormente evacuado. La radioterapia es otra opción de tratamiento para casos de persistencia o recaída. A los pacientes que llegan con el cáncer en etapas avanzadas con tumores voluminosos se les indica la cirugía radical, para retirar toda la vejiga y se fabrica un reservorio de orina con un segmento de intestino que se aboca a la piel y se evacua en una bolsa.

Cáncer de Vesícula

El cáncer de la vesícula biliar es raro en México. Se presenta con mayor frecuencia en la mujer Sus causas se atribuyen a la inflamación crónica de la vesícula por infección o cálculos. Los síntomas más frecuentes son el dolor y la ictericia (coloración amarilla de piel y mucosas). Muchas veces el cáncer de vesícula resulta un hallazgo fortuito después de una operación de la vesícula por cálculos y el reporte de patología informa cáncer, aunque el paciente nunca tuvo síntomas.

Ante la sospecha de un tumor de vesícula el tratamiento es la cirugía, para retirar además de la vesícula la porción del hígado donde ésta se asienta. Cuando el paciente ha sido previamente operado por cálculos y el cáncer fue un hallazgo se recomienda retirar la parte del hígado correspondiente al lecho de la vesícula y las cicatrices de la cirugía previa en la pared abdominal. Cuando la enfermedad es avanzada puede utilizarse la quimioterapia para mejorar los síntomas y la calidad de vida en algunos casos.

Cáncer Oseo

El cáncer en los huesos puede aparecer de forma primaria (el tumor se origina en el hueso) o de forma secundaria también llamada metástasis (el tumor se origina en otra parte y se implanta en los huesos). Esta última se observa mucho más, ya que los cánceres más frecuentes como el de mama y próstata suelen propagarse a los huesos. En el adulto el cáncer primario de los huesos más frecuente es el mieloma múltiple. Es una enfermedad infrecuente cuya causa es desconocida.

Se manifiesta por dolores en los huesos y anemia. También pueden presentarse infecciones y afectación de los riñones. Cuando se sospecha se realizan radiografías de todos los huesos, estudios hematológicos y una biopsia de la médula ósea que es muy importante para confirmar el diagnóstico. El tratamiento del mieloma múltiple es la quimioterapia y eventualmente las radiaciones. En los adolescentes se presenta el osteosarcoma, que es el tumor primario de huesos más frecuente a esta edad. Su causa es desconocida y se presenta como un aumento de volumen doloroso de crecimiento rápido en los huesos cercanos a la rodilla o al hombro.

El diagnóstico se sospecha por las radiografías y la resonancia magnética y se confirma con la biopsia. Para conocer la extensión del tumor además de lo anterior se debe realizar tomografía del tórax, por la tendencia de este tipo de cáncer a afectar los pulmones. El tratamiento es cirugía y quimioterapia combinadas, ya que casi siempre es la diseminación al pulmón la que empeora el pronóstico.

Cáncer rinofaríngeo

El cáncer rinofaríngeo o nasofaríngeo es raro en México. Es muy frecuente en personas asiáticas. Sus causas se atribuyen a la infección del virus Epstein Barr. Los síntomas más frecuentes son la aparición de ganglios en el cuello y la presencia de obstrucción nasal, dolor de cabeza, síntomas visuales como visión doble, o síntomas auditivos como dolor de oído.

El diagnóstico se realiza mediante la nasofaringoscopia (visualización de la nasofaringe a través de la fosa nasal con un equipo de endoscopia). La toma de biopsia es fundamental para confirmar el diagnóstico. El tratamiento más efectivo es la radioterapia, que puede o no asociarse a la quimioterapia.

Tumores de partes blandas o sarcomas Este tipo de cáncer llamado sarcoma es raro. Puede verse a cualquier edad, incluso es relativamente frecuente en los niños. Las causas no se conocen aunque hay casos hereditarios. Los pacientes presentan un crecimiento en el sitio involucrado, habitualmente cerca de la columna vertebral o en los miembros. Eventualmente puede aparecer dolor o trastornos del movimiento.

Para el diagnóstico hay dos pruebas imprescindibles: la resonancia magnética contrastada que informa su localización y la relación con los tejidos vecinos, y la biopsia que se debe hacer siempre después de la resonancia. El tratamiento es la cirugía seguida en algunos casos de radiaciones y quimioterapia.

Leucemia

Las leucemias son enfermedades de la médula ósea que produce y libera a la sangre un gran número de células tumorales que ocupan el lugar e impiden las funciones de los glóbulos rojos y blancos normales. Hay muchos tipos de leucemias, algunas curables y otras mortales. De manera general pueden ser agudas o crónicas, y se presentan con síntomas de fatiga, palidez, pérdida de peso, fiebre, crecimiento de los ganglios, infecciones y hemorragias.

Para realizar el diagnóstico se requiere una biopsia de la médula ósea que permite clasificar el tipo de leucemia, además de los análisis de laboratorio. El tratamiento de este tipo de cáncer es la quimioterapia y eventualmente el trasplante de medula ósea.

Linfoma

Los linfomas son tumores malignos que se originan de los linfocitos. Estas células pueden estar en cualquier parte del cuerpo, pero la mayoría están en los ganglios linfáticos. El crecimiento de los ganglios suele ser el primer signo de linfoma, y puede acompañarse de síntomas como la fiebre, pérdida de peso, escalofríos, y comezón en el cuerpo. Hay dos tipos fundamentales de linfomas: Hodgkin y No Hodgkin.

El tratamiento depende del tipo. Para establecer el tipo y subtipo de linfoma se requiere hacer una biopsia de un ganglio. Para determinar la extensión de la enfermedad es necesario realizar una tomografía de cuello tórax y abdomen, y eventualmente una resonancia magnética del cerebro, PET Scan y una biopsia de médula ósea. El tratamiento principal es la quimioterapia, que puede o no combinarse con radiaciones. La cirugía sólo se utiliza para la tomas de muestra para el diagnóstico.

tumor cerebral

Los tumores cerebrales son enfermedades poco frecuentes, cuyas causas no se conocen aunque algunas enfermedades genéticas predisponen a estas lesiones. Los síntomas más frecuentes son el dolor de cabeza, mareos, problemas visuales, vómitos y convulsiones.

El diagnóstico se realiza con la resonancia magnética del cerebro y la biopsia. Habitualmente estos tumores no se extienden fuera del cerebro, pero por el sitio donde están constituyen un problema difícil para el neurocirujano.

El tratamiento consiste en la cirugía para retirar, siempre que se pueda, toda la tumoración o parte de ella. Posteriormente en la mayoría de los casos se administran radiaciones asociadas a quimioterapia para evitar o diferir la recaída de la enfermedad. Otras opciones de tratamiento son la cirugía estereotáxica y el gamma knife; son tratamientos con radiaciones en los que se aplica una dosis alta en corto tiempo al tejido tumoral para neutralizarlo.